ABOUT ME

BELIEF #1

Mantenlo Simple.

BELIEF #2

Un día a la vez.

BELIEF #3

Eres tu proyecto mas importante.

YO SOY ANITA

 

Durante los últimos años me he dedicado a ayudar a miles de mujeres a reconectar con su poder y encender su fuego interior.

Después de tener 3 hijos, una empresa sólida, tiempo y energía para hacer todo lo que me gusta, me di cuenta que si era posible reconectar con Anita y perder 25 kilogramos de peso SIN dietas NI restricciones.

He creado una comunidad de mujeres dispuestas a transformar su cuerpo de una forma 100% diferente a lo que conocen, sanando la relación con su mente y con su cuerpo de forma terapéutica, dándole a su vida el impulso que necesitan para lograr el cambio que siempre han querido.

MI HISTORIA

 

No todo empezó donde estoy ahora, sintiéndome plena y feliz. No siempre estuve en el lugar que quería estar.

Todo empezó como empieza la vida de muchas mujeres en el mundo, creciendo, conociendo a su pareja, casándose, teniendo hijos y esperando tener la vida perfecta, porque supuestamente eso nos hace felices.

Fui a la universidad, me gradué como Publicista y una vez terminé a los 22 años decidí casarme, porque veía en mis papas el ejemplo de una familia bonita y yo quería lo mismo.

Tuve mi primera hija Gabriela a los 24 años y al poco tiempo tuve a mi segunda hija Antonia.

Una vez fui mamá, decidí que quería dedicarme a ser mamá de tiempo completo y una ama de casa, mientras mi esposo trabajaba.

Siendo mamá en esa época, mi día empezaba a las 5 am y terminaba a las 11 pm. Me la pasaba todo el tiempo en función de ser mamá-esposa y había olvidado que era tener tiempo para mí.

Y a pesar de que mis hijos han sido una bendición para mí y los amo con todo mi ser. Poco a poco me di cuenta que no estaba siendo la persona que quería ser y que me había olvidado por completo de mi misma. Qué me había dedicado a vivir para los demás.

Veía el proceso de otras mamás en redes sociales, a mis amigas y sus vidas de Instagram, y me afectaba ver cómo otras personas podían vivir la vida que querían y se veían tan felices, pero yo no.

Sin embargo, debía conservar esa sensación para mí no más, porque simplemente eso era lo que la sociedad me había enseñado y pensaba que así tenía que ser la vida.

Al mismo tiempo me justificaba con excusas…  diciéndome a mí misma cosas cómo, “es que ellas pueden ser felices, porque tienen tiempo para ellas”, “ellas pueden, porque no tienen hijos”, “ellas tienen más energía, porque no tienen que madrugar tanto”, buscaba más y más excusas, para justificar el por qué yo no era feliz.

Comencé a somatizar todo lo que empecé a reprimir, me dolían las rodillas, me dolía la cabeza, no podía jugar ciertas cosas con mis hijos, no me sentía feliz, no me sentía en el lugar correcto y sabía que algo me faltaba para poder ser yo nuevamente.

Entonces comencé a subir de peso, de hecho, después de tener a mis dos hijas nunca pude volver a mi peso anterior y no me gustaba cómo me veía en el espejo. Odiaba cada vez que pasaba en frente de uno, simplemente no quería mirarme a mí misma.

Pasaba noches sin dormir, frustrada, llorando, preguntando a la vida si había algo más allá dónde en realidad iba a poder ser feliz, o si esta era simplemente la vida “Que me tocó” cómo dicen muchas personas. Que igual era una vida maravillosa, pero no era la que yo sentía que quería vivir. 

Estaba en el lugar que muchas mujeres hemos estado…

Pero sabía que tenía que haber una solución, un cambio, que había algo mejor para mí, algo que me permitiera cumplir mi propósito de vida y sentirme feliz.

Entonces empecé a buscar ayuda, empecé a leer, busqué un psicólogo porque me lo habían recomendado, me inscribí a un gimnasio para hacer ejercicio y poder cambiar mi cuerpo, empecé a hacer dietas porque me sentía gorda, busqué la iglesia, grupos de apoyo, un hobbie, dedicarme por completo a mis hijos, a mi esposo, traté de hacer de todo…Pero sentía que nada de eso me llenaba completamente…

Y cuando iba a intentar una nueva solución y pensé que venía un cambio…

Pum…Llegó mi 3 hijo, Pedro.

Y lo único que pude pensar en ese momento fue que todo iba a comenzar de nuevo, otra vez este proceso tan duro desde cero y sentí que mi vida cómo mujer había terminado por completo. Tuve depresión post-parto, me llené de ansiedad, comencé a sufrir ataques de pánico y comencé a sentir que no estaba en un buen estado mental para poder ser el mejor ejemplo para mis hijos.

Intenté tomar pastillas para bajar de peso, me recetaron medicina para la ansiedad y el pánico… Hasta que logré estabilizarme y simplemente resignarme a que esa era mi vida… Y de nuevo la sensación de esta es “La vida que Me tocó”

Hasta que un día… Pasó algo que no me esperaba, algo que cambió TODO en mi vida. Un momento que me marcó para siempre.

Estaba junto a mi hija Gabriela pintando con colores en un papel y ella había escogido el color azul para pintar porque era su color favorito, y me pregunta “Mami, ¿cuál es tu color favorito, con cuál vas a pintar?” … Y yo en ese momento, me quedé sin palabras, completamente en silencio… Y de un momento a otro empecé a llorar.

Lloraba y lloraba, tan pero tan fuerte, que lo recuerdo como si fuera ayer.

Gaby me preguntaba “¿Qué te pasa mami, por qué lloras?”

Y lo único que pude decirle en ese momento fue… “No tengo un color favorito bebé”

Ese momento fue un choque difícil para mí, por qué no tenía una respuesta, NO SABÍA NI SIQUIERA CUÁL ERA MI COLOR FAVORITO…

No tener una respuesta a esa pregunta tan sencilla, fue como un despertar para mi Alma, me di cuenta que hace mucho tiempo me había olvidado de mí misma, de Anita como mujer.

No sabía cuál era mi animal favorito, cuál era mi comida favorita, qué ropa me gustaba ponerme, a dónde quería ir, en qué lugar me sentía feliz, NADA…

Simplemente porque me había olvidado de mí por completo, para vivir por otras personas.

Fue ese momento, el que me hizo entender que había perdido lo que yo era.

Empecé a darme cuenta que la forma en que me autodefinía a mí misma era completamente diferente a la mujer que yo quería ser, la que soñaba en mi corazón.

Había perdido mi identidad y pensaba que no merecía materializar mis sueños.

Fue muy impactante como una pregunta tan simple que me había hecho Mi Gaby me sirvió como catalizador, para entender que todas esas respuestas que estaba buscando afuera hace tantos años, estaban dentro de mí.

¡Yo era la respuesta!

Empecé a buscar por cielo y tierra una solución. Ya sabía que quería hacer un cambio, pero no sabía por dónde empezar. Estuve en ese lugar dónde están miles de mujeres, que ya saben que necesitan un cambio, pero no saben que paso seguir.

Entonces compré libros, busqué videos, cursos de cuidado personal, cursos de yoga, busqué grupos de crecimiento espiritual, incluso contraté un mentor que pudiera ayudarme a realizar ese cambio.

Y después de tanto estudiar, aprender y buscar… Me di cuenta QUE LA ÚNICA FORMA de poder lograr eso que quería y poder transformarme. Era SANANDO LA RELACIÓN CON MI MENTE Y CON MI CUERPO.

Qué la única forma de tener el control de mi vida, era sanando todas las heridas que tenía, rencores y frustraciones con mi mente y mi cuerpo. Dándome mi propio espacio, pensando en mí y sanando desde adentro de mi ser.

Entonces empecé a enfocarme en mí, en mi cuidado personal, empecé a redefinir la forma en que pensaba de mí misma. Dejé de pensar que era una perdedora, empecé a sacar el tiempo para mí, para arreglar mi pelo, mis uñas y mi piel. Empecé por convertirme en mi prioridad sin sentirme culpable de hacerlo y sin dejar de ser buena mamá o buena esposa.

Redefiní mi Auto Concepto, Autoimagen y Autoestima y tracé un plan con mis Micro hábitos.

Mi vida empezó a cambiar totalmente, empecé a sentirme tan capaz de lograr lo que quería, que, si llegara a perderlo todo, ahora sería capaz de recuperarlo de nuevo. Empecé a confiar en mí misma, empecé a verme de otra forma, dejé de sentir miedo de lo que pensarán de mí, me permití volver a escucharme, empecé a soñar de nuevo cómo cuando tenía 20 años, a vivir, a disfrutar la vida con mis seres queridos de una manera diferente, empecé a tomar duchas largas, vivir sin restricciones, no me resigno con lo que la vida me da, hago las acciones necesarias para lograr lo que quiero.

Incluso perdí los tormentosos 25 Kilos de más que tenía, sin restringirme de nada, ni obsesionarme con ellos…

Empecé a vivir el AQUÍ Y el AHORA.

Hoy me veo cómo quiero verme, vivo en la casa que quiero, en la ciudad que siempre he soñado vivir, mis hijos asisten al colegio que quiero, trabajo en lo que quiero, tengo un ingreso significativo que me da para lo que quiero, disfruto el tiempo con mis hijos y mi esposo de una manera que no disfrutaba hace muchos años.

Y dedico mi vida a cumplir mi propósito ayudando a mujeres como tú a lograr lo mismo desde el amor. A sanar la relación con su cuerpo y su mente para transformar su vida.

Video Poster Image

"Anita, gracias por ayudarme a reconectar con mi niña interior y a disfrutar la vida en tiempos inciertos. Tu guía y actividades me han traído paz y felicidad. Eres pura magia."

 
Sandra Botero

"Gracias a tu ayuda, he sanado la ausencia de mi madre, superando sueños difíciles y lágrimas. En nuestra última sesión, la sentí despedirse con amor. Eres un ser de luz y amor, te agradezco profundamente."

 
Maria Vasquez